miércoles, 24 de julio de 2013

Flotando A La Deriva

 Pasan los minutos, horas y días sin que nada cambie. Es como si el tiempo y el espacio simplemente se hubiesen detenido para observar la lenta ruina que la recibe en sus brazos con regocijo.

 Hace poco esa chica se encontraba sentada en el claro tejiendo una corona con flores, enfocada únicamente en esa tarea, mientras unas pastillas hacían efecto en su cuerpo lentamente. Al terminar miró al cielo con una sonrisa partida y la puso sobre su rizada cabellera, se levantó y caminó instintivamente hacia un lago poco más allá de los árboles.
 Se sienta a la orilla de un mohoso y viejo muelle, da un último vistazo a su alrededor con los ojos acuosos y una sola lágrima se escurre por su mejilla al cerrar los ojos y lanzarse al agua. Flota por unos segundos y sus cabellos dorados reflejan por última vez los rayos del sol, un encanto divino flotando a la deriva con mejillas sonrojadas y piel de porcelana. Los químicos han recorrido finalmente todo su cuerpo y sus músculos cesan de mantenerla a flote mientras sus pesadas vestiduras la hunden lentamente, cientos de burbujas quedan momentáneamente como única evidencia de aquella tragedia sin testigos.

 El tiempo y el espacio han vuelto a correr, olvidándose que un ángel ha muerto, respetando su decisión con indiferencia luego de darle un momento para cambiarla.

sábado, 6 de julio de 2013

Las Jaulas Que Representan Los Títulos

 No suele pasar mucho cuando se escribe alguna historia corta o larga, sea de ficción o realismo (o al menos eso creo hasta ahora, puedo estar extraordinariamente equivocada sin saberlo); esta jaula se presenta principalmente en capítulos específicos de cualquier cosa que se escriba y... ¡También en las entradas de blogs!

 En el momento que comienzas a escribir puedes marcarte un título y entonces te mentalizas que no debes salirte mucho de aquel tema que estás tratando -porque así debe ser, ¿no?-, por lo que quizás puedas terminar dando vueltas sobre los mismos argumentos en diferentes palabras a lo largo de aquello que escribas. El título se convierte entonces en una jaula que amenaza con volverse más pequeña si haces un mísero cambio en lo que piensas expresar.
 También están esas otras veces en que comienzas a escribir sin ponerte la limitación y cuando ya no hayas más nada en tu mente por plasmar en el texto, resulta que no hay palabras que logren englobar aquello que hemos escrito. ¡¿Y qué hay de mi cuando no puedo encontrar un título?! Es posible que alguna oración o palabra nos de una pista del título que podríamos escoger, pero para eso habría que cambiar eso y lo otro... en fin, es todo un lío.

 Por eso, mis queridos amigos, es que los escritores principiantes -y a veces no tanto- como yo podemos caer en la redundancia millones de veces al escribir algo. !Tened un poco de piedad, por favor! Eventualmente iremos mejorando, pero hasta entonces, saludos desde nuestras cárceles de títulos.

jueves, 4 de julio de 2013

Canción De Cuna, Barbara Wood

Sinopsis

Mary Ann, una joven católica de diecisiete años con una vida cómoda, de padres en apariencia tradicionales, sale con Mike. La relación de ambos chicos no ha pasado de algunos besos, Mary Ann no ha consentido que se supere esta etapa aún.
Una noche, tuvo una pesadilla, un sueño morboso e inexplicable. Y poco después descubrió con estupor que estaba embarazada. Todo el mundo desconfiará de ella. La noticia conmovió a la familia y Mike se debate entre el amor que siente hacia Mary Ann y la sensación de la traición. Sólo el doctor Jonas cree en ella y demostrará que hay una posibilidad científica de explicar el embarazo de la chica.
Paulatinamente, una posibilidad fue tomando forma.

Reseña

Al principio cuesta olvidarse de que el libro se encuentra ambientado en 1963, por lo que es difícil controlar las reacciones que se tienen ante ciertas cosas como la manera en que se visten o que Mary de ninguna manera iba a tener sexo antes del matrimonio. Dependiendo también de las creencias religiosas que se tengan -o se carezcan-, es amena la lectura o una montaña rusa de cierto hastío hacia algunas situaciones.
 Personalmente me enamoré de Germaine, la mejor amida de Mary, por ser liberal aún en tiempos como aquellos. Y sus razones tenía... pero no es tiempo para andar dando spoilers.
 Por la manera de escribir de la autora, he de clasificar este libro en la categoría super conocida de "adultos jóvenes". Aunque tiene ciertos contenidos científicos que quizá pondrían una mirada de disgusto en rostros paternos al saber que sus hijos leen tales cosas (que no es nada, sólo algo de clonación y cosas parecidas) al igual que disgustó terriblemente a los padres de Mary y al padre Crispin.

En caso de que alguien esté interesado, tengo la versión PDF. Pueden poner su correo en los comentarios y se los haré llegar.

lunes, 1 de julio de 2013

Miradas Entre Letras

 Nada más que una salida normal al centro comercial, la chica va a la librería por una tanda de nuevos libros para su colección, perdiéndose entre títulos y autores por casi una hora.

 Al salir desea echar una ojeada a alguno de ellos y casualmente frente a la librería se encuentra un puesto de cupcakes cerrado, por lo que va hacia una de las mesas y escoge al azar entre los títulos. Lee parte del primero, una antología de narrativa breve hispanoamericana, se deleita confusamente con el primer cuento y levanta la vista cuando siente que alguien la ha estado mirando mientras lee.

 Justo en frente se encuentra un chico trabajando con videojuegos cuya mirada está apuntando en su dirección, en la cara de la lectora se dibuja una sonrisa mínima antes de volver a las letras por un rato más hasta que levanta la vista y poco después el chico la mira directamente a los ojos. Ella se pregunta de qué va aquello, pero es hora de irse y sólo lanza otra fugaz mirada en su dirección con una sonrisa sutil entre los labios antes de pasar por su lado hacia la salida.

 ¿Era el título de la obra, el hecho de que estaba leyendo sin inmutarse en el escándalo de un centro comercial? ¿O era el simple hecho de que le pareció atractiva? Pensó que no lo sabría si no hasta dentro de unas semanas, cuando fuera a comprar más libros y se repitieran aquellas miradas entre letras que harían que alguno de los dos tomase valor.