martes, 26 de febrero de 2013

Azul y Gris

 Es un día brillante cuando me levanto, la luz potente del sol hiere mis ojos y me encierro en lo que antaño era mi refugio... mis ojos cerrados y mi mente volando en pensamientos sin sentido.
Poco a poco voy cayendo en cuenta de que nada realmente me cause emoción, sigo mi rutina y me adentro en el mundo ficticio de un libro... ese mundo que no me pertenece pero amo más que el propio, unos minutos más y comienzo a fingir sonrisas para aparentar que estoy viva.



 Cuando vuelvo a ver al cielo, unas cuantas horas más tarde, el cielo se ve de un azul grisáceo como el que usan los artistas para representar nostalgia y melancolía, ya no hay brillo que me hiera.
Las horas siguen pasando y el cielo va cada vez más gris, más azul, de manera que hace unísono con mis sentimientos y ya no necesito verlo, sólo sentirme en paz con la oscuridad de mi alma y de la noche.

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