miércoles, 23 de enero de 2013

Congelada I

 Te veo parada enfrente de mí en la estación de trenes y todo lo que pasa alrededor fuera de nuestra pequeña burbuja me marea, veo tus labios moverse pero no puedo escuchar tus palabras ni distinguir lo que intentas decirme porque la última frase que escuché fue "me voy" y mi cerebro me convirtió en una estatua andante.

 Tu cara muestra una seña de preocupación, pero se que eso no evitará que cumplas con tu cometido, siento que mis ojos se humedecen y lágrimas inundan mi cara sin que haga nada para evitarlo, frunces el ceño y me das un abrazo. Al separarte veo que tus labios pronuncian lentamente, como si entendieses finalmente que mi mente trata de enfocarse en evitar el dolor y no quiere escucharte, intentan decirme algo... "siempre te recordaré" sí, creo que eso dices.

 Sé porqué es todo esto, es por mi dificultad de decir lo que siento, te molesta cuán pocas veces he dicho que te quiero sin importar lo mucho que escriba sobre ti o que me esfuerce enormemente en hacerte ver lo mucho que me importas en cada cosa que hago.

 Veo tus ojos adquirir acuosidad y siento que mi corazón se rompe en pedazos porque automáticamente murmuras un adiós apresurado antes de darte la vuelta para caminar hacia el tren y no vernos nunca más, por un segundo me pregunto que sucedería si pudiese llenar mis pulmones con suficiente aire para gritar que te amo justo aquí ante esta multitud de personas apresuradas por llegar a su destino.

Tan pronto como el pensamiento termino y antes de darme tiempo a reaccionar, mi mano se levanta esperanzada y roza tu hombro. Veo como te detienes levemente sin voltear como si tuvieras la esperanza de que fuese otro transeúnte que hubiese pasado sin cuidado, mis labios se separan y siento mi boca increíblemente seca cuando la abro para decir aquello que podría o no cambiar nuestro futuro.

 "Te Amo" escucho que una voz ronca dice, creo que fui yo, "Te Amo" repite y sé que ese extraño sonido salió de mi porque siento mi garganta arder con el esfuerzo. Sé que no cambiarás tu decisión y me volteo para no ver como te vas.
 Camino lentamente hacia una vida que ya no me pertenece y siento como todo mi cuerpo se vuelve hielo a cada paso que doy lejos de ti.


Estoy congelada en el recuerdo de lo que fuimos.

0 comentarios:

Publicar un comentario